Un Gobierno que no nos representa El ejecutivo integrado por fieles a Puigdemont y miembros de Izquierda no ha sabido......

rip 04.04.19 0:21

Un Gobierno que no nos representa

El ejecutivo integrado por fieles a Puigdemont y miembros de Izquierda no ha sabido corresponder al cambio de rumbo iniciado en Madrid

ARGELIA QUERALT
1 ABR 2019 - 16:39 CEST

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El presidente de la Generalitat, Quim Torra, y la consejera de Presidencia, Meritxell Budó. QUIQUE GARCIA EFE

El día 2 de junio de 2018 se produjo un cambio de gobierno en España al que el Gobierno de la Generalitat no ha sabido adaptarse. Pedro Sánchez y su Gobierno, más allá de posicionamientos ideológicos, han dado la vuelta al tono y han supuesto el acercamiento del Gobierno del Estado respecto a las instituciones de la Generalidad: han demostrado una paciencia infinita, lo cual, para algunos , ha supuesto incluso traicionar España. Sea como sea, en junio de 2018 se produjo en el ámbito estatal un relieve de los interlocutores.

Sin embargo, el Gobierno de Quim Torra (y Carles Puigdemont) mantiene la misma estrategia que seguía con el Gobierno de Rajoy: la confrontación continua, los "desafíos" recurrentes en todo lo que identifican como español. Unas veces se mantienen en el ámbito simbólico; otros han llegado al jurídico, que, como es bien sabido, en un Estado de derecho democrático puede generar también consecuencias jurídicas. Sin embargo, parecería que al presidente Torra todo le vale en su activismo, también pasó a formar parte del victimario del proceso.

El Gobierno, integrado por fieles a Puigdemont y miembros de Izquierda, no ha sabido corresponder al cambio de rumbo iniciado en Madrid, desperdiciando una oportunidad de oro para reconstruir consensos en Cataluña y entre España y Cataluña. Más bien al contrario, seguimos estancados en la política del farol , en la que lo más importante es ir a manifestaciones, colgar pancartas, vestir de amarillo, y, en el camino, seguir sembrando la semilla del "miente, que seguro que algo queda ". Si cree que esta aseveración no se ajusta a la realidad, recuerde las afirmaciones de Torra sobre la Constitución portuguesa.

Los partidos que componen el Gobierno votaron no al proyecto de Presupuestos Generales del Estado presentados por el Gobierno de Sánchez, lo que provocó la convocatoria de elecciones generales. Evidentemente, es una opción legítima, cada grupo decide qué hace con sus votos. Pero resulta incomprensible a los ojos de un importante sector de la ciudadanía catalana, independentista y no independentista, que no sólo había visto en el Ejecutivo socialista una oportunidad para iniciar el camino de la restauración democrática rota en septiembre de 2017, sino, además , una manera de mejorar las políticas públicas en Cataluña, afectadas desde hace años por los recortes de los Gobiernos de las derechas en Cataluña y en España.

Al CEO publicado en enero de 2019 sobre percepción de las políticas públicas y valoración del Gobierno, los catalanes identifican como sus tres principales problemas la precariedad laboral, la insatisfacción con la política y las relaciones entre Cataluña y España. Respecto de estas problemáticas, el 67,5% de las personas encuestadas considera que el Gobierno no está resolviendo el problema del paro y la precariedad laboral; el 77,3% cree que no está abordando la insatisfacción política, y el 55,3% creen que tampoco se están resolviendo los problemas de relación entre España y Cataluña. Asimismo, desde la perspectiva de las políticas públicas, el 73,1% de de encuestadas considera que el Gobierno no está resolviendo los problemas de la sanidad, el 81,9% de que tampoco se está resolviendo el acceso a la vivienda, y el 76, 2% que no se están haciendo mejoras en políticas sociales. El 53,1% de los encuestados considera que el Gobierno no sabe cómo resolver las dificultades de Cataluña; de hecho, sólo un 3,8% considera que el Ejecutivo de Torra está resolviendo los problemas de Cataluña.

Estas cifras ponen de manifiesto, por un lado, que el Gobierno no se está dedicando a pensar y desarrollar políticas, sino que está absolutamente volcado en un proceso que descarriló hace muchos meses. A Puigdemont y sus, el "cuanto peor, mejor" parece que los atrae. Sin embargo, es diferente la situación en que ha quedado ERC ante la convocatoria de elecciones. Por un lado, no ha apoyado unos presupuestos con una mejora en gasto social muy relevante, que habría supuesto, además, la continuidad de un Gobierno central proclive al entendimiento con Cataluña. Ahora afronta una campaña electoral en la que reclama más políticas y más gasto social. Como es obvio, no quiere que ganen las derechas en el Congreso por las consecuencias nefastas que esto tendría sobre la crisis catalana. Paralelamente, afirma que votar PSOE / PSC es votar Ciudadanos, cuando una victoria de las izquierdas sería la única manera de desbloquear la situación política en Cataluña. Unas elecciones, en definitiva, a las que llega descolocada: el discurso de la autodeterminación inmediata superado, pero sin haber construido los puentes oportunos con los que podían favorecer una nueva fase de diálogo, entendimiento y mejoras sociales.

https://cat.elpais.com/cat/2019/04/01/opinion/1554124779_126959.html

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