Miseria institucional de las policías mexicanas

Skorpio 16.01.13 18:59

Frank Dowson
@frankdowson
mar 15 de enero de 2013

Mucho he hablado acerca de la miseria institucional de las policías mexicanas y lamentablemente siguen dando de qué hablar.

El pasado fin de semana, en la comunidad de Santa Catarina NL. Murió tras recibir diversos impactos de arma de fuego calibre .223, a bordo de un jetta color rojo, el joven Adrián Javier González Villarreal y resulto herida su novia Gladis Soto Gallegos, ambos de 20 años. Victimas de impericia policiaca.

Según el testimonio realizado por un policía de aquel municipio, habrían recibido un reporte de sujetos armados a bordo de un jetta color rojo, alertados por la denuncia ciudadana, los policías Arsemio Pérez y Leandro Martínez Santos (quienes realizaron los impactos que dieron muerte al joven) y Basilio Manuel Cruz (conductor de la patrulla) se dispusieron a realizar el patrullaje en busca de los sospechosos, a bordo de la patrulla 229.

Fue en los alrededores de una cancha de fut bol donde los policías se encontraron con el vehículo jetta color rojo, sin embargo en el interior no había sujetos armados, simplemente una pareja de jóvenes estudiantes. Asustados, los estudiantes decidieron iniciar la marcha al percatarse que una camioneta con las luces apagadas se aproximaba a ellos.

Fue como inicio la “persecución”; cuadras más adelante, el joven por la exaltación del momento, impacto su auto contra una camioneta estacionada. Fue en aquel instante, que los policías utilizaron sus armas y rosearon las ráfagas al vehículo de balas calibre .223, causando la muerte al joven momentos después por las heridas recibidas.

Según argumentos de los policías, al encontrarse con el vehículo y al querer aproximarse para realizar una inspección de rutina, los tripulantes del jetta color rojo se dieron a la fuga a bordo del vehículo. Fue como iniciaron la persecución de dicho vehículo y que cuadras más adelante los tripulantes impactaron el vehículo contra una camioneta estacionada, y al ver que nuevamente trataban de iniciar la marcha a bordo del vehículo, fue que decidieron accionar las armas para evitar la huida.

La impericia, la simple analogía, la falta de protocolo, son, entre muchas otras, las causantes de esta, ya no nueva historia de policías. Varios son los casos que se asemejan, donde los protagonistas “los policías” dan claros ejemplos de la falta de preparación y poca astucia para resolver situaciones de peligro y alta tensión. Cabe destacar que dichos policías eran ex militares y que abrían aprobado los exámenes de confianza.

Esta fue la policiaca de locales; ahora va la de federales.

Guerrero. Como si se tratare de una advertencia o una amenaza, el pasado sábado varios agentes federales a bordo de las patrullas 13926 y 13752 privaron de manera arbitraria e ilegal al periodista de Acapulco, Nelson Matus. Supuestamente los agentes federales abrían recibido un reporte de robo de vehículo y que el periodista antes mencionado, estaba señalado como presunto autor del delito.

Fue por esta razón que los agentes al “identificar” el vehículo y la ubicación del periodista decidieron privarlo de su libertad, ingresaron al domicilio del periodista, no presentaron orden de aprehensión, no se identificaron plenamente como agentes federales, no le hicieron saber al detenido y familiares las causas de la detención, no tuvo acceso a una llamada para comunicar su situación, no fue garantizada su debida defensa con la participación de algún abogado a su favor, no fue remitido inmediatamente ante autoridad competente y nunca fueron leídos sus derechos.

Incomunicado, Nelson Matus permaneció en el hotel, donde los federales se hospedaban; y fue hasta el día domingo, que los agentes federales después de practicar con el periodista sus sesiones intimidatorias y no obtener nada, decidieron remitir a Nelson Matus con el agente del ministerio público, quien inmediatamente ordeno su liberación, por no contar con las pruebas suficientes para iniciar una averiguación previa y ante la clara violación de garantías individuales como de derechos humanos que había sido víctima el periodista.

Es un milagro y suerte del periodista acapulqueño, tener la dicha de contar esta terrible historia, pues cuantos hermanos periodistas han sido víctimas de la misma situación y no han tenido la dicha de contar su desgracia.

Como lo señale, amenaza y advertencia en algunos casos, en otros, simplemente impericia o estupidez. Lo único claro, es la miseria institucional que se vive dentro de las corporaciones policiacas, como si se tratara de una simple cosa, la vida es puesta en juego con estos seudo agentes del orden.

Es clara la crisis institucional y la crisis de seguridad pública que vive el país, esperemos que con el anuncio de la CIA mexicana hecho por la SEGOB, se pueda mejorar los protocolos institucionales de todas las corporaciones y que en vez de andar espiando civiles, la CIA mexicana se encargue de espiar a los malos elementos que se encuentran tanto en las policías como en el ejercito.

No queremos que el departamento de espionaje de la SEGOB se convierta en cloaca de ratas y miseria como lo fue la Dirección Federal de Seguridad.

Deseamos, que sea espiado, quien deba de ser espiado, narco empresarios, narco políticos, narco policías, narco funcionarios, etcétera, y no que comiencen a desaparecer activistas y periodistas.

De policías y de lengua me como un taco.

Lun	Mar	Miér	Jue	Vie	Sáb	Dom
		1	2	3	4	5
6	7	8	9	10	11	12
13	14	15	16	17	18	19
20	21	22	23	24	25	26
27	28	29	30	31