Hombres armados desalojaron la tienda Las Barateros, rociaron gasolina y la quemaron, declara el due

Skorpio 05.09.16 22:22

Guerrero

Hombres armados desalojaron la tienda Las Barateros, rociaron gasolina y la quemaron, declara el dueño

Fue un atentado directo al negocio, los 20 atacantes no saqueaon mercancía ni robaron dinero, dice el comerciante Waldo Díaz, y no se explica el motivo, porque no había sido extorsionado por la delincuencia organizada

Alfonso Marín AmezcuaChilpancingo
Septiembre 05, 2016

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El propietario de la tienda de ropa Los Barateros, Waldo Díaz Velázquez, aseguró que el siniestro de su edificio fue provocado por hombres fuertemente armados, que irrumpieron de manera violenta para desalojar al personal, y rociaron con gasolina la mercancía que fue incendiada.

Dijo que 15 minutos antes de las 9 de la noche, unos 20 individuos armados, sin estar encapuchados, irrumpieron con violencia en el acceso al negocio, para exigir con palabras altisonantes el desalojo inmediato a los trabajadores y clientes que hacían compras.

Indicó que los delincuentes no saquearon mercancía, ni tampoco robaron dinero en efectivo, “porque hasta les ofrecimos las llaves de la caja”, por lo que directamente ocurrió el atentado orquestado en contra de su establecimiento.

Insistió en reiteradas ocasiones que desconoce al autor intelectual del percance, “porque no tengo problemas con nadie, y no sospecho tampoco de alguien, nunca fui víctima de la delincuencia”.

El sábado en la noche, se incendió la tienda Los Barateros ubicada en la avenida Insurgentes, lo que ocasionó pánico entre los vecinos y comerciantes del mercado Baltazar R. Leyva Mancilla, que se encuentra enfrente, y entre quienes transitaban por esa zona.

Según un informe preliminar brindado por el titular de Protección Civil municipal, Gustavo Vela Guevara, el incendio pudo ser ocasionado por un cortocircuito en la tercera planta del edificio, sin embargo, algunos comerciantes que presenciaron el desarrollo del percance, afirmaron que fue provocado por individuos sospechosos, que vigilaron toda la tarde el establecimiento, “quienes al ocurrir el incendio, huyeron de inmediato en sus camionetas”.

El empresario, quien también es integrante de la Cámara Nacional del Comercio (Canaco) en Chilpancingo, Waldo Díaz , accedió a dar una entrevista en el mercado Benito Juárez, aledaño a la tienda que se encuentra en cenizas, para informar de lo ocurrido minutos antes de sufrir la pérdida material irreparable de su negocio.

Relató que 15 minutos antes de las 9 de la noche, unos 20 individuos armados, sin encapucharse, irrumpieron de manera violenta en el acceso al negocio, para exigir con palabras altisonantes su inmediato desalojo a los trabajadores y clientes que hacían sus compras cotidianas.

Ante la zozobra de los presentes, “porque los hombres nos apuntaban”, señaló que en un lapso de 5 minutos fue desocupada la tienda, lo que dio paso a que los individuos ingresaran a la planta alta donde se ubicaba la bodega, repleta de mercancía, “para rociar con gasolina y prenderle fuego al edificio”.

“Nos gritaron con groserías que nos saliéramos, y después con los garrafones rociaron con gasolina todo el edificio, desde arriba, y con un cerillo le prendieron fuego; después se salieron corriendo”.

Tras el desalojo intempestivo, señaló que junto a las demás personas salió del edificio de manera sigilosa, sin lograr identificar a algún delincuente, “porque la mayoría salimos con la cabeza agachada, e intentando caminar tranquilos, ante el temor de que ocurriera un disparo”.

Indicó que los delincuentes no saquearon mercancía, ni tampoco robaron dinero en efectivo , “porque hasta les ofrecimos las llaves de la caja”, y asegura que directamente ocurrió el atentado orquestado en contra de su establecimiento.

Añadió que se encontraba acompañado de algunos familiares en su negocio, y después del desalojo, se trasladó a su hogar para tomar medidas preventivas, sin acudir a levantar una denuncia ante las instancias correspondientes, “por el temor que en ese momento sentía”.

Consultado sobre la razón que ocasionó el atentado, reiteradamente aseguró que desconoce las causas, ya que durante los 13 años de prestar servicios nunca tuvo antecedentes de cobros de cuota o extorsión por parte de la delincuencia organizada.

“No sospecho de nadie, no tengo ningún enemigo; he llevado una vida tranquila en Chilpancingo y no tuve nunca problemas; tal vez ocurrió por envidia, pero ignoro de quién; lo perdido está perdido y ya no hay nada que se pueda hacer”.

Sobre si el incendio fue provocado por una advertencia de los grupos criminales en su contra, o de algún comerciante contrario a sus intereses comerciales, Waldo Díaz reiteró que desconoce la causa que originó el siniestro, “no tengo la menor idea, no sospecho de nadie, lo pienso y lo pienso pero no encuentro culpables, nunca tuve problemas con nadie”.

–Usted menciona que quizá el incendio ocurrió por alguna envidia, ¿de quién?

–Es algo que pienso, pero en serio no sospecho de absolutamente nadie, nunca he tenido problemas y soy muy querido aquí en Chilpancingo.

Añadió que desde hace 13 años fundó la tienda de ropa en la capital, con ganancias diarias de unos 15 mil pesos, y después fundó siete sucursales más en Acapulco, Chilapa e Iguala, que están a cargo de sus familiares.

Consultado sobre si alguno de sus establecimientos tuvo algún problema con la delincuencia, respondió que en el caso de Acapulco fue extorsionado con el pago de 20 mil pesos mensuales, “pero eso ya es pasado, tiene muchos años y últimamente tampoco allá tuvimos el menor problema”.

Remarcó que las sucursales en Chilapa e Iguala tampoco han tenido algún incidente, ni amenazas a los trabajadores que laboran desde hace años en las tiendas.

Explicó que en la semana acudirá con abogados a presentar denuncia penal, aunque reconoció que mantiene cierto temor por las represalias, “porque como todos, tengo temor de la inseguridad”.

Además, reconoció que existe “desconfianza” con las autoridades, que orilló a dejar inconclusa la demanda que interpuso en 2012 por las diversas violaciones a los derechos humanos cometidas por policías federales y ministeriales, quienes catearon negocios de ropa, tras argumentar que era “pirata”.

Remarcó que los delincuentes “echaron a perder 40 años de trabajo”, dejando desempleados a unos 20 trabajadores que permanecen asustados luego del incendio, “y por eso les dije que no se les va a dejar de pagar hasta que arreglemos el problema”.

Añadió que sostendrá una reunión hoy con algunos comerciantes quienes han mostrado su respaldo, con llamadas o mensajes de apoyo.

Posteriormente, tras un recorrido breve afuera del establecimiento en cenizas, se observó que efectivos de Protección Civil estatal lograron rescatar alguna mercancía servible, como uniformes escolares, que aprovecharon decenas de personas para escogerla y llevarla a sus hogares.

Durante unos 40 minutos se realizó la elección de las prendas que todavía resultaron útiles, mientras que unos cinco policías estatales resguardaban la zona.

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