Sea en la fosa común o en una funeraria de lujo, morir en México resulta muy caro. Porque, además, hay de entierros a entierros y de muertos a muertos. Aun siendo un servicio a cargo del gobierno –como el de la fosa común– los trámites y protocolos cuestan varios miles de pesos. Si se decide por una empresa, ya sea irregular o oficialmente registrada, los costos van desde 5 mil hasta más allá del millón de pesos.