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Extradición de 'El Loco' Barrera a EU abre la puerta a mayor fragmetación del narcotráfico.
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Extradición de 'El Loco' Barrera a EU abre la puerta a mayor fragmetación del narcotráfico.
Skorpio 11.07.13 4:11
Extradición de 'El Loco' Barrera a EU abre la puerta a mayor fragmetación del narcotráfico.
Escrito por James Bargent Miércoles, 10 Julio 2013
El conocido narcotraficante colombiano Daniel "El Loco" Barrera ha sido extraditado a Estados Unidos, marcando el fin de la era de los capos y carteles colombianos a medida que el mundo criminal del país continúa fragmentándose.
Barrera fue trasladado en avión a Nueva York, donde será procesado por cargos de narcotráfico, primero en una corte federal de Manhattan, y luego en un tribunal federal de Brooklyn. También enfrenta cargos adicionales en Florida.
Fue arrestado en Venezuela en septiembre de 2012, poniendo fin a una carrera de varias décadas en el narcotráfico, que vio cómo Barrera se convirtió en uno de los personajes más influyentes del crimen organizado colombiano.
Análisis de InSight Crime
Luego de su captura, el Presidente colombiano Juan Manuel Santos llamó a Barrera el "último gran capo", y su extradición marca un final apropiado a un período dominado por infames capos del narcotráfico y los carteles monolíticos. En su lugar, ha comenzado una nueva era de redes criminales más descentralizadas, sin un personaje u organización capaz de reclamar la influencia y el poder obtenidos por sus predecesores.
Barrera era conocido por sus habilidades de negociación y por establecer una amplia red de contactos comerciales de drogas, que abarcó todo el espectro del crimen organizado colombiano. Barrera construyó alianzas con numerosas organizaciones, incluyendo una con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a la que compraba la cocaína, y el fragmentado grupo narco-paramilitar, el Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia (ERPAC).
Después de su arresto, Semana obtuvo grabaciones de Barrera en las que anunció su intención de colaborar plenamente con las autoridades. Si cumple con su palabra, es probable que emerjan más detalles sobre las operaciones de sus aliados, así como sus redes de transporte en Venezuela, Centroamérica y México, y las conexiones con las autoridades corruptas en todo el hemisferio.
La partida de Barrera también plantea preguntas sobre quién llenará el vacío que deja atrás. Ya hay indicios de aumento de la violencia en la región de los Llanos Orientales, otrora dominada por Barrera y sus aliados del ERPAC.
El perfil de Daniel 'El Loco' Barrera
Daniel Barrera Barrera, alias “El Loco”, es lo más cercano que tuvo Colombia a un Pablo Escobar moderno. hasta su captura en Venezuela en septiembre de 2012, usaba una gran red de colaboradores, desde exparamilitares hasta guerrilleros, para mover cocaína desde los Llanos Orientales de Colombia hasta los Estados Unidos.
En un principio el Loco Barrera jugó hábilmente el papel de intermediario independiente, coordinando la compra de base de coca en áreas controladas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y la venta de la cocaína procesada a grupos que van desde organizaciones paramilitares hasta lo que era el Cartel del Norte del Valle.
Antes de su captura, el Loco Barrera estaba aliado con algunos rezagos de grupos paramilitares y organizaciones narcotraficantes, principalmente con los Rastrojos y el Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia (ERPAC).
Sus áreas principales de operación eran los Llanos Orientales y Venezuela, dónde él jugaba el rol de mensajero entre las FARC y organizaciones narcotraficantes internacionales, vendiendo gran parte de su producto al mercado europeo. No obstante, él y sus aliados operaban en Colombia y en el extranjero. En marzo de 2011, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo nombró como uno de los dos narcotraficantes más grandes de Colombia. Una corte norteamericana lo acusó en septiembre de ese mismo año.
Orígenes
La carrera de Barrera comenzó en los años ochenta cuando él y su hermano Omar Barrera, suministraban precursores químicos a los laboratorios de procesamiento de base de coca para transformarla en clorhidrato de cocaína, en su natal Guaviare. Luego del homicidio de Omar, Barrera se vengó y en el proceso se ganó el apodo de “El Loco”. Fue arrestado y puesto en prisión por las autoridades colombianas en 1990, pero escapó de prisión poco tiempo después. A mediados de los años noventa, se había alzado como un traficante e intermediario prominente, comprando cocaína semiprocesada a varias fuentes, incluyendo a comandantes de los Frentes 10, 14, 16 y 17 de las FARC, vendiéndosela a clientes que operaban bajo el amparo del poderoso Cartel del Norte del Valle. Luego, le compraba la droga al Frente 43 de las FARC, controlado por Géner García Molina, alias “Jhon 40”, y empezó a venderle a José Miguel Arroyave, comandante del Bloque Centauros de los paramilitares.
No obstante, Barrera no estaba satisfecho en su rol como facilitador e hizo una serie de alianzas audaces que lo posicionaron como uno de los narcotraficantes colombianos más grandes. En algún momento de 2004, se alió con Manuel de Jesús Pirabán, alias “Jorge Pirata”, un comandante del Bloque Centauros, y con Pedro Oliveiro Guerrero, alias “Cuchillo”, un exsicario que se volvió comandante paramilitar del mismo Bloque. En septiembre de 2004, Barrera, Jorge Pirata y Cuchillo organizaron la emboscada y posterior asesinato del máximo comandante del Bloque Centauros, Arroyave. Jorge Pirata se entregó como parte del proceso de paz entre el gobierno y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), una federación paramilitar. Por su parte, Barrera y Cuchillo atacaron a sus rivales en los Llanos Orientales, alejándolos de la región.
La expansión de Barrera continuó en 2008 cuando, trabajando de la mano con Luis Enrique Calle Serna, alias “Comba”, y Diego Pérez Henao, alias “Diego Rastrojo”, ayudó a idear el asesinato de Wilber Alirio Varela, alias “Jabón”, uno de los grandes líderes del Cartel del Norte del Valle en ese entonces, que se encontraba viviendo en Venezuela. Después, le compró las rutas del norte del departamento del Atlántico a Miguel Villareal, alias “Salomón”. Estas movidas, y la habilidad de Barrera de cooptar a la fuerza de seguridad local, le brindaron acceso y control a las rutas del narcotráfico desde el Océano Pacífico y los llanos venezolanos, hasta las selvas brasileras y la costa caribeña.
Modus Operandi
Según oficiales antinarcóticos colombianos y extranjeros, Barrera operaba en los Llanos Orientales, principalmente en los departamentos del Meta, Vichada, Casanare y Guaviare. También controlaba partes estratégicas de la capital colombiana, Bogotá, y había consolidado áreas de almacenamiento en el estado de Apuré en Venezuela, desde dónde enviaba aviones llenos de cargamentos de drogas hacia Centroamérica y el Caribe. Presuntamente, el mismo Barrera operaba en el departamento del Vichada en Colombia y en algunas partes de Venezuela dónde aparentemente contaba con la protección de oficiales locales. Barrera también usaba Venezuela como plataforma para enviar drogas a Europa. Él usaba África Oriental como un punto de tránsito, lo que contribuyó a la desestabilización de la región.
Barrera fue exitoso en lograr que fuerzas aparentemente opuestas confluyeran exclusivamente para el negocio. Para finales de los años noventa, él había establecido fuertes lazos con las FARC, vendiendo continuamente base de coca a los rivales paramilitares de los guerrilleros en las AUC o procesando la coca él mismo para venderla en el mercado internacional. Sus alianzas con Cuchillo a comienzos del año 2000 y con los Comba a finales de esa década, hicieron de Barrera uno de los narcotraficantes colombianos más formidables. Él contaba también con contactos en otros grupos criminales. Estas alianzas lo protegían de sus rivales, que incluían a algunos de los más conocidos narcotraficantes de Colombia.
Aunque el enfoque ambicioso de Barrera parecía haber sido exitoso en alguna época, antes de su captura había comenzado a combatir con otras organizaciones de los Llanos Orientales, como la de Víctor Carranza, un poderoso comerciante de esmeraldas y presunto paramilitar y narcotraficante; y la de Héctor Germán Buitrago, alias “Martín Llanos”. Barrera y sus aliados emboscaron la caravana de Carranza en al menos dos ocasiones, pero fallaron en eliminarlo.
Barrera era uno de los más grandes narcotraficantes de Colombia, pero tuvo varios sucesos que jugaron en contra suya. Él era bien conocido, con muchas alianzas débiles y había comenzado una lucha de poder con una de las figuras más venerables y antiguas del hampa colombiana, Víctor Carranza. La batalla con Carranza tenía el potencial de hacerle la más vida difícil a él y a sus aliados, especialmente al ERPAC. Con la muerte del comandante del ERPAC, Cuchillo, el ejército aumentó la presión en los Llanos Orientales, donde tanto Barrera como el ERPAC (supuestamente desmovilizados) tenían gran parte de sus negocios. Para sobrevivir en el largo plazo, Barrera necesitaba desarrollar un plan que incluyera a Carranza, lo que significaba traicionar a sus viejos aliados en el ERPAC.
Luego de que una corte del distrito sur de Florida anunciara un nuevo equipo de fiscales dedicados principalmente a perseguir a la nueva generación de grupos narcotraficantes de Colombia, quedó claro que el alto perfil de Barrera seguiría causándole problemas a su negocio. Poco tiempo después, la corte expidió una acusación formal de Estados Unidos contra Barrera. Adicionalmente, las fuerzas de seguridad colombianas llevaron a cabo una serie de operaciones exitosas en contra de las redes narcotraficantes de Barrera. Una de estas, Operación ‘Aguas Profundas’, logró el arresto de 19 personas. Otra, Operación ‘Vuelo Final’, logró 30 arrestos y la incautación de 21 aviones.
Barrera también sufrió la pérdida de algunos de sus contactos claves. En 2010, el esmeraldero Julio Alberto Lozano, alias “Lucho”, se entregó a la policía colombiana y acordó compartir información de inteligencia de una red de narcotraficantes que algunas autoridades llamaban el Cartel de El Dorado. Barrera era presuntamente un miembro de esta “junta directiva” de narcotraficantes, que trabajaba más como un grupo empresarial con algunas conexiones, que como un cartel tradicional con brazos financiero y armado. Otro de los presuntos socios de Barrera miembro de El Dorado, fue arrestado en Buenos Aires en abril de 2011.
Aun así, el historial de Barrera le dio la experiencia y los medios para sobrevivir por un largo rato cuando otros eran capturados o dados de baja. Sus fuertes contactos con la clase dirigente de Colombia y las fuerzas de seguridad le permitieron manejar su negocio y movilizar sus fuerzas en contra de sus enemigos. Esto incluye contactos con el DAS, la antigua agencia colombiana de inteligencia desmantelada en noviembre de 2011. Aparentemente, Barrera también jugó un papel importante en los homicidios de dos capos, lo que lo llevó a arrebatar algunas de sus rutas y plazas del narcotráfico. Fuentes de inteligencia le contaron a InSight Crime que en los últimos años pasaba gran parte de su tiempo en Venezuela, para tener mayor seguridad en contra de un procesamiento judicial y una posible extradición.
Sin embargo, pese a sus lazos con las fuerzas de seguridad, el Loco Barrera fue capturado en San Cristóbal, Venezuela, el 18 de septiembre de 2012 y deportado en noviembre 2012 a Colombia mientras se tramitaba su extradición a Estados Unidos.
Fuentes
"Conexiones FARC - Loco Barrera", Presidencia de la República de Colombia (Octubre de 2010).
"Barrera Barrera & Guerrero Castillo Organizations", Departamento del Tesoro de Estados Unidos (Marzo de 2010).
Escrito por James Bargent Miércoles, 10 Julio 2013
El conocido narcotraficante colombiano Daniel "El Loco" Barrera ha sido extraditado a Estados Unidos, marcando el fin de la era de los capos y carteles colombianos a medida que el mundo criminal del país continúa fragmentándose.
Barrera fue trasladado en avión a Nueva York, donde será procesado por cargos de narcotráfico, primero en una corte federal de Manhattan, y luego en un tribunal federal de Brooklyn. También enfrenta cargos adicionales en Florida.
Fue arrestado en Venezuela en septiembre de 2012, poniendo fin a una carrera de varias décadas en el narcotráfico, que vio cómo Barrera se convirtió en uno de los personajes más influyentes del crimen organizado colombiano.
Análisis de InSight Crime
Luego de su captura, el Presidente colombiano Juan Manuel Santos llamó a Barrera el "último gran capo", y su extradición marca un final apropiado a un período dominado por infames capos del narcotráfico y los carteles monolíticos. En su lugar, ha comenzado una nueva era de redes criminales más descentralizadas, sin un personaje u organización capaz de reclamar la influencia y el poder obtenidos por sus predecesores.
Barrera era conocido por sus habilidades de negociación y por establecer una amplia red de contactos comerciales de drogas, que abarcó todo el espectro del crimen organizado colombiano. Barrera construyó alianzas con numerosas organizaciones, incluyendo una con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a la que compraba la cocaína, y el fragmentado grupo narco-paramilitar, el Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia (ERPAC).
Después de su arresto, Semana obtuvo grabaciones de Barrera en las que anunció su intención de colaborar plenamente con las autoridades. Si cumple con su palabra, es probable que emerjan más detalles sobre las operaciones de sus aliados, así como sus redes de transporte en Venezuela, Centroamérica y México, y las conexiones con las autoridades corruptas en todo el hemisferio.
La partida de Barrera también plantea preguntas sobre quién llenará el vacío que deja atrás. Ya hay indicios de aumento de la violencia en la región de los Llanos Orientales, otrora dominada por Barrera y sus aliados del ERPAC.
El perfil de Daniel 'El Loco' Barrera
Daniel Barrera Barrera, alias “El Loco”, es lo más cercano que tuvo Colombia a un Pablo Escobar moderno. hasta su captura en Venezuela en septiembre de 2012, usaba una gran red de colaboradores, desde exparamilitares hasta guerrilleros, para mover cocaína desde los Llanos Orientales de Colombia hasta los Estados Unidos.
En un principio el Loco Barrera jugó hábilmente el papel de intermediario independiente, coordinando la compra de base de coca en áreas controladas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y la venta de la cocaína procesada a grupos que van desde organizaciones paramilitares hasta lo que era el Cartel del Norte del Valle.
Antes de su captura, el Loco Barrera estaba aliado con algunos rezagos de grupos paramilitares y organizaciones narcotraficantes, principalmente con los Rastrojos y el Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia (ERPAC).
Sus áreas principales de operación eran los Llanos Orientales y Venezuela, dónde él jugaba el rol de mensajero entre las FARC y organizaciones narcotraficantes internacionales, vendiendo gran parte de su producto al mercado europeo. No obstante, él y sus aliados operaban en Colombia y en el extranjero. En marzo de 2011, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo nombró como uno de los dos narcotraficantes más grandes de Colombia. Una corte norteamericana lo acusó en septiembre de ese mismo año.
Orígenes
La carrera de Barrera comenzó en los años ochenta cuando él y su hermano Omar Barrera, suministraban precursores químicos a los laboratorios de procesamiento de base de coca para transformarla en clorhidrato de cocaína, en su natal Guaviare. Luego del homicidio de Omar, Barrera se vengó y en el proceso se ganó el apodo de “El Loco”. Fue arrestado y puesto en prisión por las autoridades colombianas en 1990, pero escapó de prisión poco tiempo después. A mediados de los años noventa, se había alzado como un traficante e intermediario prominente, comprando cocaína semiprocesada a varias fuentes, incluyendo a comandantes de los Frentes 10, 14, 16 y 17 de las FARC, vendiéndosela a clientes que operaban bajo el amparo del poderoso Cartel del Norte del Valle. Luego, le compraba la droga al Frente 43 de las FARC, controlado por Géner García Molina, alias “Jhon 40”, y empezó a venderle a José Miguel Arroyave, comandante del Bloque Centauros de los paramilitares.
No obstante, Barrera no estaba satisfecho en su rol como facilitador e hizo una serie de alianzas audaces que lo posicionaron como uno de los narcotraficantes colombianos más grandes. En algún momento de 2004, se alió con Manuel de Jesús Pirabán, alias “Jorge Pirata”, un comandante del Bloque Centauros, y con Pedro Oliveiro Guerrero, alias “Cuchillo”, un exsicario que se volvió comandante paramilitar del mismo Bloque. En septiembre de 2004, Barrera, Jorge Pirata y Cuchillo organizaron la emboscada y posterior asesinato del máximo comandante del Bloque Centauros, Arroyave. Jorge Pirata se entregó como parte del proceso de paz entre el gobierno y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), una federación paramilitar. Por su parte, Barrera y Cuchillo atacaron a sus rivales en los Llanos Orientales, alejándolos de la región.
La expansión de Barrera continuó en 2008 cuando, trabajando de la mano con Luis Enrique Calle Serna, alias “Comba”, y Diego Pérez Henao, alias “Diego Rastrojo”, ayudó a idear el asesinato de Wilber Alirio Varela, alias “Jabón”, uno de los grandes líderes del Cartel del Norte del Valle en ese entonces, que se encontraba viviendo en Venezuela. Después, le compró las rutas del norte del departamento del Atlántico a Miguel Villareal, alias “Salomón”. Estas movidas, y la habilidad de Barrera de cooptar a la fuerza de seguridad local, le brindaron acceso y control a las rutas del narcotráfico desde el Océano Pacífico y los llanos venezolanos, hasta las selvas brasileras y la costa caribeña.
Modus Operandi
Según oficiales antinarcóticos colombianos y extranjeros, Barrera operaba en los Llanos Orientales, principalmente en los departamentos del Meta, Vichada, Casanare y Guaviare. También controlaba partes estratégicas de la capital colombiana, Bogotá, y había consolidado áreas de almacenamiento en el estado de Apuré en Venezuela, desde dónde enviaba aviones llenos de cargamentos de drogas hacia Centroamérica y el Caribe. Presuntamente, el mismo Barrera operaba en el departamento del Vichada en Colombia y en algunas partes de Venezuela dónde aparentemente contaba con la protección de oficiales locales. Barrera también usaba Venezuela como plataforma para enviar drogas a Europa. Él usaba África Oriental como un punto de tránsito, lo que contribuyó a la desestabilización de la región.
Barrera fue exitoso en lograr que fuerzas aparentemente opuestas confluyeran exclusivamente para el negocio. Para finales de los años noventa, él había establecido fuertes lazos con las FARC, vendiendo continuamente base de coca a los rivales paramilitares de los guerrilleros en las AUC o procesando la coca él mismo para venderla en el mercado internacional. Sus alianzas con Cuchillo a comienzos del año 2000 y con los Comba a finales de esa década, hicieron de Barrera uno de los narcotraficantes colombianos más formidables. Él contaba también con contactos en otros grupos criminales. Estas alianzas lo protegían de sus rivales, que incluían a algunos de los más conocidos narcotraficantes de Colombia.
Aunque el enfoque ambicioso de Barrera parecía haber sido exitoso en alguna época, antes de su captura había comenzado a combatir con otras organizaciones de los Llanos Orientales, como la de Víctor Carranza, un poderoso comerciante de esmeraldas y presunto paramilitar y narcotraficante; y la de Héctor Germán Buitrago, alias “Martín Llanos”. Barrera y sus aliados emboscaron la caravana de Carranza en al menos dos ocasiones, pero fallaron en eliminarlo.
Barrera era uno de los más grandes narcotraficantes de Colombia, pero tuvo varios sucesos que jugaron en contra suya. Él era bien conocido, con muchas alianzas débiles y había comenzado una lucha de poder con una de las figuras más venerables y antiguas del hampa colombiana, Víctor Carranza. La batalla con Carranza tenía el potencial de hacerle la más vida difícil a él y a sus aliados, especialmente al ERPAC. Con la muerte del comandante del ERPAC, Cuchillo, el ejército aumentó la presión en los Llanos Orientales, donde tanto Barrera como el ERPAC (supuestamente desmovilizados) tenían gran parte de sus negocios. Para sobrevivir en el largo plazo, Barrera necesitaba desarrollar un plan que incluyera a Carranza, lo que significaba traicionar a sus viejos aliados en el ERPAC.
Luego de que una corte del distrito sur de Florida anunciara un nuevo equipo de fiscales dedicados principalmente a perseguir a la nueva generación de grupos narcotraficantes de Colombia, quedó claro que el alto perfil de Barrera seguiría causándole problemas a su negocio. Poco tiempo después, la corte expidió una acusación formal de Estados Unidos contra Barrera. Adicionalmente, las fuerzas de seguridad colombianas llevaron a cabo una serie de operaciones exitosas en contra de las redes narcotraficantes de Barrera. Una de estas, Operación ‘Aguas Profundas’, logró el arresto de 19 personas. Otra, Operación ‘Vuelo Final’, logró 30 arrestos y la incautación de 21 aviones.
Barrera también sufrió la pérdida de algunos de sus contactos claves. En 2010, el esmeraldero Julio Alberto Lozano, alias “Lucho”, se entregó a la policía colombiana y acordó compartir información de inteligencia de una red de narcotraficantes que algunas autoridades llamaban el Cartel de El Dorado. Barrera era presuntamente un miembro de esta “junta directiva” de narcotraficantes, que trabajaba más como un grupo empresarial con algunas conexiones, que como un cartel tradicional con brazos financiero y armado. Otro de los presuntos socios de Barrera miembro de El Dorado, fue arrestado en Buenos Aires en abril de 2011.
Aun así, el historial de Barrera le dio la experiencia y los medios para sobrevivir por un largo rato cuando otros eran capturados o dados de baja. Sus fuertes contactos con la clase dirigente de Colombia y las fuerzas de seguridad le permitieron manejar su negocio y movilizar sus fuerzas en contra de sus enemigos. Esto incluye contactos con el DAS, la antigua agencia colombiana de inteligencia desmantelada en noviembre de 2011. Aparentemente, Barrera también jugó un papel importante en los homicidios de dos capos, lo que lo llevó a arrebatar algunas de sus rutas y plazas del narcotráfico. Fuentes de inteligencia le contaron a InSight Crime que en los últimos años pasaba gran parte de su tiempo en Venezuela, para tener mayor seguridad en contra de un procesamiento judicial y una posible extradición.
Sin embargo, pese a sus lazos con las fuerzas de seguridad, el Loco Barrera fue capturado en San Cristóbal, Venezuela, el 18 de septiembre de 2012 y deportado en noviembre 2012 a Colombia mientras se tramitaba su extradición a Estados Unidos.
Fuentes
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