'El narco quiere ser héroe pero el sicario ni siquiera tiene esa opción'

seven 01.12.12 0:26

'El narco quiere ser héroe pero el sicario ni siquiera tiene esa opción'

El escritor mexicano acaba de publicar su última novela 'Nombre de perro'
En el libro se trata la estrecha relación que hay entre el narco y el Estado
'Tenemos casi 60 millones de pobres. La pobreza es la mayor derrota'

Si un asunto identifica la gestión de Calderón ha sido el narcotráfico y la violencia. Y si alguien ha escrito más y mejor que nadie sobre ambos temas ese es Élmer Mendoza (Culiacán, 1949).

Para el padre de la 'narcoliteratura' la guerra emprendida por Calderón solo ha servido para "crear enconos y exacerbar la violencia entre cárteles". Mendoza presentó esta semana en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara su última novela, 'Nombre de perro' (Tusquets).

Pregunta: ¿Cómo valora la guerra contra los cárteles de Calderón?

Respuesta: Los que vivimos en Sinaloa, Tijuana o Ciudad Juárez estamos acostumbrados a convivir con los cárteles desde hace muchos años. Hemos convivido de forma pacífica porque la naturaleza de estas bandas no es meterse con la población, sino traficar y ya. Pero lo que hizo esta guerra es crear enconos inexplicables y exacerbar la violencia.

Muertes como las matanzas de jóvenes en Ciudad Juárez, el asesinato de la activista Marisela Escobedo que protestaba por la muerte de su hijo en Chihuahua, o el asesinato del candidato a gobernador de Tamaulipas crearon terror.

El gobierno dice que está ganando la guerra pero ¿cómo la ganaron? o ¿a quién la ganaron si van más de 100.000 muertos? Nada de esto (la movilización del ejército) afectó sus actividades porque sigue habiendo tráfico de drogas, armas, personas...

Pregunta: ¿Por qué aumentó la saña de los cárteles?

Respuesta: Hay una evolución, una ruptura de los códigos de las bandas y un aumento en las muertes de lo que llaman 'daños colaterales'. Las bandas cumplen una serie de reglas internas y externas. Dentro de las mismas, por ejemplo, no admiten traiciones de ninguna naturaleza lo que les permite funcionar como bloques monolíticos. En cuanto a las reglas externas éstas son el respeto a los ciudadanos, a las mujeres, a los niños... y eso se rompió.

En mi ciudad, Culiacán, jamás había estallado una bomba y un día pasó. También con los decapitados, que dicen es una forma de mandar mensajes. Pues vaya forma de mandar mensajes habiendo celulares, (dice entre risas).

Pregunta: ¿Cree que terminará la violencia con la llegada del PRI?

Respuesta: Todos tenemos esa esperanza. Esta semana (con la llegada de Peña Nieto al poder) entramos en un periodo que durará uno o dos años y que servirá, no para acabar las bandas, pero sí para tenerlas controladas.

Muchos de los que votamos por el PRI tenemos esa esperanza y por eso lo hicimos. Confiamos en que termine la violencia y que la gente que quiera invertir que lo haga y que a los que nos gusta andar por las calles, podamos dejar de mirar hacia atrás como hacemos ahora.

Pregunta: ¿Aunque suponga pacto?

Respuesta: La gente quiere que termine la guerra pero también tener la sensación de que todo está bien. Y esta sensación no nos la da el ejército sino la policía que está coludida. Pero si de algo ha servido la guerra es para identificar más fácilmente las políticas equivocadas. Sobretodo cuando tiene que ver con un asunto social tan intenso.

Pregunta: ¿Cómo alteró el tejido social?

Respuesta: Esta guerra produjo una atmósfera de desconfianza. Antes se sabía que había barrios que se dedicaban al narcotráfico, pero es muy distinto a cuando los narcos se convierten en sicarios. Los sicarios son siempre indeseables. Los narcotraficantes no nos afectan en nuestro día a día, en cambio el sicario está fuera de sí. El narco es épico, quiere que se note, ir con chicas guapas y tener un carro de lujo. El sicario en cambio mira de abajo a arriba. El narco quiere convertirse en héroe pero el sicario no tiene esa opción.

Pregunta: ¿Cambio generacional?

Respuesta: Los narcos antes eran, como dicen ellos, gente de bigote. La actitud de los jóvenes en relación con la violencia se parecen. Da igual que sea en Palestina, en las favelas de Río o el sicario mexicano. Buscan su identidad.

Pregunta: ¿Cuánto hay del gobierno de Calderón en 'Nombre de perro'?

Respuesta: El libro contiene mucha de la indignación por la que atravesamos millones de mexicanos y de la estrecha relación que hay entre el narco y el Estado. Tenemos casi 60 millones de pobres. La pobreza es la mayor derrota de un país. Nuestros jóvenes no tienen sueños. Cuando pregunto a mis alumnos donde quieren estar dentro de 50 años no lo saben, no tienen proyecto de vida.

http://www.elmundo.es/america/2012/11/30/mexico/1354290968.html

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