Egipto no es país para el porno

Skorpio 12.11.12 0:54

El bloqueo judicial de las web porno genera dudas en las autoridades
También aplausos entre los islamistas y temor a la censura de liberales

domingo 11/11/2012

Internet sí pero tan casto y puro como le gustaría Mahoma si levantara la cabeza y se hiciera profeta del tuit. El fiscal general egipcio instó esta semana a atajar el vicio y guardar la moral de sus compatriotas con el cierre de los sitios web pornográficos, un fallo festejado por los islamistas y censurado por quienes aspiran a preservar su parcela de libertad en la red.

"¿Por qué debe permitirse el porno? ¿Acaso se tolera el consumo de drogas? Que la gente quiera verlo no es una razón para que exista y quien lo justifica es que carece de valores", declara a ELMUNDO.es Hisham Kamal, portavoz del Frente Salafista (rigorista musulmán) a propósito de la orden judicial dictada el pasado miércoles que solicita a las autoridades el bloqueo de las páginas para adultos.

En la carta enviada a los ministerios de Comunicación, Información e Interior, el fiscal general Abdelmeguid Mahmud pide que se clausure el acceso a un contenido que "corrompe los valores y costumbres del pueblo egipcio y los intereses supremos de la nación". La cruzada del magistrado, odiado por los islamistas y a quien el presidente Mohamed Mursi trató sin éxito de destituir el mes pasado, no es fortuita ni reciente.

En febrero, fue una de las propuestas con las que se estrenó la bancada salafista en el fugaz parlamento. Y ya en 2009 un tribunal administrativo de El Cairo resolvió la demanda de un abogado islamista sin dejar lugar a la duda: "La libertad de expresión y los derechos públicos deben limitarse para preservar los fundamentos de la religión, la moral y el patriotismo". Una tarea imposible –según la corte- sin convertir la tierra de los faraones en una zona libre de pornografía.

"Se ha comprobado que hay sitios pornográficos en internet que propagan el vicio entre la sociedad egipcia y destruyen todas las creencias y valores morales", argumentaba el fallo desempolvado ahora por los defensores de la ortodoxia islámica. Los mismos que, por miles, tomaron el viernes la simbólica plaza Tahrir de El Cairo para exigir que la nueva Constitución –cuyo borrador podría votarse la próxima semana- fije la aplicación rigurosa de la 'sharia' (ley islámica).

Y, precisamente entre los manifestantes, figuraban –pancarta en mano- el ejército de 'Pure.net', un grupo de barbas luengas y señoras con 'niqab' que hacen campaña por el fin de la lujuria en uno de los países que lidera la búsqueda mundial de la palabra 'sex' a través del gigante Google y donde una decena de empresas fabrica la pastilla de Viagra para hombres con miedo atroz al 'gatillazo'. "El fiscal solo reclama que se aplique la sentencia de hace tres años. Y el Gobierno dispone de tecnología suficiente para cerrar las páginas como se hace en Irán", opina Kamal.

En las oficinas de la Autoridad Reguladora de las Comunicaciones no están tan confiados en el éxito de la misión. El organismo explica en un comunicado que ejecutar la medida costaría millones de libras al erario público y ni siquiera así se podría rastrear y bloquear los cientos de millones de dominios extranjeros que comercian con el pecado. La experiencia de los pacatos países del Golfo Pérsico tampoco resulta muy gratificante: Los servidores proxy arruinan la censura.

La batalla inquieta a liberales y activistas, preocupados por la mordaza que dibuja esta victoria judicial de las fuerzas islamistas. Algunos descargaron en Twitter sus temores. "Antes de prohibir el porno, sería mejor prohibir la pobreza, la corrupción o el paro", decía un internauta. Para el periodista liberal y asesor presidencial Ayman el Sayad, el foco debería instalarse "en la redacción de la nueva Constitución> y en los desafíos de la alicaída economía patria y de un país devastado por los abismos sociales.

La medida, celebrada por salafistas y Hermanos Musulmanes, tampoco goza de unanimidad entre los sectores que pasean el recato. "No estoy a favor de la prohibición. A mí me ofenden las imágenes abiertamente sexual que se exhiben en las calles europeas pero en casa cada cual es responsable de sus actos", explica a este diario la sexóloga islámica Heba Kotb. "Nadie tiene derecho a imponernos lo que podemos ver", concluye una doctora que estrenó en 2005 el primer programa sobre sexo de la televisión egipcia.

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/11/internacional/1352592546.html

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