¿Una nueva izquierda mexicana?

Lo malo: Organizar, nuevamente, un movimiento nacional puede tomar otro sexenio de ignominia y gobernantes imbéciles. Lo indiscutible: Las voces que reclaman a Marcelo Ebrard para el 2018 son demasiadas.


La izquierda mexicana ha recibido, desde su origen, un sinfín de críticas que no han sido necesariamente externas. Cuando se decidió oficialmente apoyar a Trotsky (considerado revisionista por los fanáticos hijos de Stalin), el socialismo internacional nos llamó “traidores” y Siqueiros asumió el papel de verdugo; sin importarle pagar una condena, comandó el fallido atentado contra Trotsky. Octavio Paz tuvo un problema de conversión política (se fue de izquierda a derecha) y atacó tanto a Monsiváis como a Fuentes y García Márquez, les llegó a etiquetar como “apologistas de tiranos”.

Ahora bien, la izquierda mexicana que se institucionalizó ¿es de verdad representativa de los valores de bien común y lucha por transformar la realidad? Vemos a los legisladores, delegados y gobernadores como un bloque sin diferencias notables salvo algunas posturas discursivas, superficiales. Por estas razones aplaudo la propuesta de López Obrador, ha salvado al pensamiento socialista de una segura extinción. No pretende esconderse en la colectividad sino darle la fuerza que, como constante anhelo, gracias a modificaciones en la participación popular, hemos logrado. El papel del ciudadano debe leerse de forma distinta, ciertamente no todos los obradoristas lo han hecho pero sí son el culmen de tal esfuerzo.

Quedó confirmado que el pensamiento de Obrador se encuentra en la paz y en la vía legal en tanto los ciudadanos puedan tener control sobre sus propias instituciones. Fue una estrategia inteligente porque ahora no podrán criticarlo ni denostarlo, está aprendiendo a jugar dentro de los mecanismos de poder. Sigue en la tónica de la República Amorosa y quienes esperaban la radicalización violenta de la población indignada se han llevado una desagradable sorpresa: Andrés Manuel se convirtió en el líder indiscutible de la nueva izquierda mexicana. Lo bueno: quienes lo seguían antes, seguirán en el sendero de MORENA (lejos de las tribus partidistas). Lo malo: Organizar, nuevamente, un movimiento nacional puede tomar otro sexenio de ignominia y gobernantes imbéciles. Lo indiscutible: Las voces que reclaman a Marcelo Ebrard para el 2018 son demasiadas.

http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/30317-¿una-nueva-izquierda-mexicana?.html

Es exactamente un problema de las izquierdas

que aun no han podido sacudirse a muchos

vividores o sanguijuelas politicas

Sus errores es el seguir confiando, en los supuestos

nobles o arrepentidos del sistema,

pero no es solo un problema de izquierda, es un problema

de origen

Moctezuma confio en los españoles y lo destronaron


Zapata confio en Guajardo y los asesino ...

Salvador Allende confio en los militares y lo asesinaron

Mexico creyo en el PPS de Lombardo Toledano y traiciono al PAIS

Andres Manuel ahora debe de analizar, que mas vale ir con poca

pero de confianza, que muchos arribistas, como fue el caso

de Manuel Bartlett causante principal de que Cardenas no ganara

la presidencia y se le dejara a Salinas de Gortari la Presidencia

Hay tiempo, lo hay, solo que ahora, definitivamente, hay que ir

con los puros si es que existen, pero dejar a un lado a los arrivistas