Enrique Peña Nieto gana las elecciones Los retos del nuevo presidente de México

Agropecuario 02.07.12 23:10

El futuro presidente de México, Enrique Peña Nieto, tendrá que enfrentarse a una serie de desafíos tras ganar las elecciones en México. La ajustada victoria del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y la negación del oponente de izquierdas Andrés Manuel López Obrador a reconocer los resultados, ponen en una difícil situación al futuro Gobierno.

Aunque Peña Nieto venció claramente en las elecciones de este domingo, su victoria fue más ajustada de lo que se creía. La primera conclusión es que el PRI gana, pero no por goleada. Según los datos preliminares (PREP) del Instituto Electoral, Peña Nieto vence por casi siete puntos sin embargo no logrará la mayoría suficiente en el Congreso, que era uno de los objetivos del llamado "carro completo" (presidencia, gobernaturas en juego y Congreso) que pretendía Peña Nieto.

Los datos del Congreso le obligarán a negociar y buscar acuerdos políticos para sacar las reformas que prometió durante la campaña, algunas de ellas de carácter urgente como las reformas laboral, energética y educativa.

Además, su oponente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no reconoce por el momento los resultados oficiales. Para que las elecciones puedan darse por concluidas falta su reconocimiento. AMLO esperará al miércoles a tener el recuento distrital y las actas en su mano para hacer una valoración, lo que mantiene la incertidumbre al menos tres días más.

"Ya ustedes conocen que no hubo la equidad que establece la Constitución, es de dominio público el uso de dinero a raudales, la falta de equidad de los medios de comunicación, y vamos a esperarnos a tener los resultados definitivos", comentó el domingo por la noche en su única aparición pública en una noche electoral de caras largas en la izquierda.

Andrés Manuel aseguró que actuará de manera responsable y pidió a los representantes de casillas para que hagan el acopio de toda información sobre irregularidades. "No descalifico lo que se está dando a conocer oficialmente, sencillamente no hay todavía los datos exactos", afirmó.

Peña Nieto, por su parte, le ha pedido a la izquierda que respete la decisión de la mayoría. "Debería darse una actitud de respeto y civilidad que llevara al reconocimiento de la decisión de la mayoría de los mexicanos", dijo el candidato del PRI en un encuentro con corresponsales extranjeros.

En este contexto la única alegría para la izquierda llegó en la capital mexicana, donde el candidato del PRD de López Obrador, Miguel Ángel Mancera, arrasó al obtener el 66% de los votos. La Ciudad de México aparece como una isla en medio de un mapa que se pintó de rojo.

Para Peña Nieto la satisfacción de la victoria viene frentada por todos estos retos inmediatos y los que llegarán con el cargo. El regreso del PRI, el dinosaurio que dominó el país entre 1929 y 2000, coloca a Peña Nieto bajo la lupa, por los temores de una regresión a las prácticas autoritarias, corporativas y corruptas de las que el partido todavía no termina de desprenderse.

Mayor transparencia

"El PRI no ha cambiado, pero México sí", dijo a dpa Andrew Selee, director del Instituto México del Woodrow Wilson Center, con sede en Washington, que viajó a México para las elecciones. "Los ciudadanos esperan una mayor transparencia y mejor gobernanza, y el PRI tendrá que estar a la altura. El PRI se posicionó a sí mismo como el partido que puede lograr que las cosas se hagan, en un momento en que muchos mexicanos estaban preocupados por la dirección del país", señaló.

En materia económica, Peña Nieto tiene el desafío de hacer crecer al país a un mayor ritmo, después del promedio anual de 1,6% del producto interno bruto (PIB) registrado en el gobierno de Calderón. Según ha dicho, su meta es triplicar estos números para llegar a un seis por ciento anual.

"Tenemos que impulsar una renovada economía de libre mercado, pero con sentido social. Una economía que genere empleos y distribuya mejor la riqueza, para combatir la pobreza y la desigualdad que aún agobian a millones de mexicanos", afirmó Peña Nieto.

México, la decimocuarta economía del mundo con unos 115 millones de habitantes y un PIB per cápita de 10.153 dólares, según datos del FMI, tiene en la pobreza al 46,25% de su población.

Y el empleo es precario. No se generan suficientes plazas nuevas y muchos de los que están ocupados reciben bajos salarios o trabajan al margen de la economía formal, como los miles de vendedores ambulantes que venden en las esquinas o se instalan con sus carpas multicolores en las calles de la capital.
El crimen organizado

Las reformas fiscal, energética y laboral son algunas de las que el PRI se propone impulsar en su mandato, como detonadoras de crecimiento.
Otro tema que le tocará a Peña Nieto es dar un nuevo enfoque a la lucha contra el crimen organizado. El PRI ha sido acusado por sus críticos de haber solapado durante su régimen a las mafias y de haber permitido que creciera el problema.

El Gobierno de Felipe Calderón lanzó una batalla frontal contra los cárteles, que tuvo como consecuencia que se disparara la violencia con más de 50.000 muertos en cinco años.

La mayoría de los mexicanos está de acuerdo con seguir adelante en esa batalla y de mantener al Ejército en las calles, pero demanda que la estrategia redunde en menores niveles de violencia.

"La lucha contra el crimen va a seguir sí, con una nueva estrategia para reducir la violencia y proteger, ante todo, las vidas de los mexicanos", dijo Peña Nieto en su discurso. "Que quede muy claro: frente al crimen organizado no habrá ni pacto, ni tregua".

El ex gobernador del Estado de México tiene cinco meses para su entrada al poder. Sólo podrá ser presidente por un periodo, porque en México no existe la relección, entre el 1 de diciembre de 2012 y el 30 de noviembre de 2018.

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