Buscar
Últimos temas
Argumentos más vistos
Temas más activos
Visitas
Los vicios de la élite mexicana
2 participantes
Página 1 de 1.
Los vicios de la élite mexicana
Los vicios de la élite mexicana
Los ‘mirreyes’ los "niños" ricos de México
Los integrantes de las élites mexicanas no fueron educados en el alto arte de gobernar, sino en el bajo vicio de perpetuarse. No se entienden como servidores, sino como merecedores. ¿Por qué habrían de preocuparse por cultivar las virtudes republicanas o educar a generaciones que los pudieran desplazar?
Por: Pablo Majluf
Hija de la premodernidad, la élite mexicana es poco ilustrada. Desde ahí, profesa una serie de trastornos muy notorios: la displicencia hacia lo público, el énfasis en la desigualdad y los privilegios de cuna, la extracción de rentas, la incultura, etc. Es una posición conservadora cuyo corolario es un pueblo siempre receloso de sus dirigentes.
Es ya casi un axioma histórico que a México no llegó propiamente el siglo dieciocho, esa época que comúnmente llamamos Ilustración o Siglo de las Luces, origen de la democracia liberal. Tras dos siglos de monarquía religiosa, nos faltó ese momento revolucionario en el que se eliminaron los privilegios a favor de una ley universal, es decir, aplicable a todos. Sucedió en Francia, Estados Unidos, Inglaterra (que no derrocó a su monarquía, pero sí la limitó) y todos los países que llamamos modernos, es decir, que superaron sus estamentos medievales.
Aquí el liberalismo llegó muy tarde –hasta el siglo diecinueve– y rápidamente se vició: aunque sus principales promotores, como Juárez, quitaron efectivamente los privilegios a los grupos de poder coloniales –sobre todo a la Iglesia–, no se los quitaron a ellos mismos; usaron la ley de manera discrecional y selectiva: Juárez encarceló y mató enemigos, ignoró a los congresos, enriqueció a sus amigos, etc. No es fortuito que nos haya heredado una dictadura de 34 años (el porfiriato), seguida por otra de 71 (el PRI hegemónico): cada una, desde arriba, con su propia versión de la ley.
La élite, cierto, no siempre ha sido la misma. Se podría decir que ha cambiado de raíz cuatro veces: cuando llegaron los españoles; trescientos cincuenta años después, en la Reforma; a inicios del siglo veinte, en la Revolución, y en el cambio de siglo con la caída del sistema corporativo.
Sin embargo, no ha cambiado lo más importante: el privilegio que el pedestal asegura. Han cambiado (más o menos) las personas, pero poco lo han hecho las estructuras. De modo que la élite en México nunca ha estado realmente acotada –nótese su eterna impunidad.
Bueno, esa condición premoderna engendra élites que sienten no deberle nada al pueblo. Por tres razones muy sencillas. Primero, porque no fueron realmente elegidas por él. Más bien, o nacieron privilegiadas o se asociaron con los privilegiados (algunos de ellos desde hace décadas o incluso siglos), de forma que no sólo no se consideran parte del pueblo sino que asumen su privilegio como una fatalidad. Segundo, porque no tienen a quien responderle, nadie que los pueda mover de ahí cuando son cuestionados, y menos un sistema legal que no los precede, sino al contrario: es precedido por ellos, y tercero, porque no fueron educados en el alto arte de gobernar, sino en el bajo vicio de perpetuarse –no se entienden como servidores, sino como merecedores.
Con esa inconsciencia del deber, sobra preguntarse: ¿por qué el cuarto heredero de una familia allegada al poder desde hace 90 años habría de preocuparse por cultivar las virtudes republicanas? ¿Por qué le interesaría cuidar la polis o educar a generaciones que lo pudieran desplazar? Si la élite mexicana es tan durable y conservadora, si los instrumentos para vigilarla son tan infructuosos, ¿por qué le interesaría fomentar una meritocracia donde los privilegios de cuna no tuviesen cabida? En pocas palabras, ¿por qué querría suicidarse?
Las élites de los países modernos son (un poco más) virtuosas porque de lo contrario no podrían ser élites: el pueblo, a través de sus mecanismos representativos, las removería. Ése es el legado del siglo dieciocho, que aquí nunca llegó. Ahora bien, es perfectamente válido preguntarse por qué el pueblo mexicano no ha logrado construir esos mecanismos representativos por sí mismo.
* Pablo Majluf es periodista y maestro en Comunicación por la Universidad de Sydney, Australia. Es coordinador de información digital del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Las opiniones de Pablo Majluf son a título personal y no representan necesariamente el criterio o los valores del CEEY
(@ceeymx).
Los ‘mirreyes’ los "niños" ricos de México
Los integrantes de las élites mexicanas no fueron educados en el alto arte de gobernar, sino en el bajo vicio de perpetuarse. No se entienden como servidores, sino como merecedores. ¿Por qué habrían de preocuparse por cultivar las virtudes republicanas o educar a generaciones que los pudieran desplazar?
Por: Pablo Majluf
Hija de la premodernidad, la élite mexicana es poco ilustrada. Desde ahí, profesa una serie de trastornos muy notorios: la displicencia hacia lo público, el énfasis en la desigualdad y los privilegios de cuna, la extracción de rentas, la incultura, etc. Es una posición conservadora cuyo corolario es un pueblo siempre receloso de sus dirigentes.
Es ya casi un axioma histórico que a México no llegó propiamente el siglo dieciocho, esa época que comúnmente llamamos Ilustración o Siglo de las Luces, origen de la democracia liberal. Tras dos siglos de monarquía religiosa, nos faltó ese momento revolucionario en el que se eliminaron los privilegios a favor de una ley universal, es decir, aplicable a todos. Sucedió en Francia, Estados Unidos, Inglaterra (que no derrocó a su monarquía, pero sí la limitó) y todos los países que llamamos modernos, es decir, que superaron sus estamentos medievales.
Aquí el liberalismo llegó muy tarde –hasta el siglo diecinueve– y rápidamente se vició: aunque sus principales promotores, como Juárez, quitaron efectivamente los privilegios a los grupos de poder coloniales –sobre todo a la Iglesia–, no se los quitaron a ellos mismos; usaron la ley de manera discrecional y selectiva: Juárez encarceló y mató enemigos, ignoró a los congresos, enriqueció a sus amigos, etc. No es fortuito que nos haya heredado una dictadura de 34 años (el porfiriato), seguida por otra de 71 (el PRI hegemónico): cada una, desde arriba, con su propia versión de la ley.
La élite, cierto, no siempre ha sido la misma. Se podría decir que ha cambiado de raíz cuatro veces: cuando llegaron los españoles; trescientos cincuenta años después, en la Reforma; a inicios del siglo veinte, en la Revolución, y en el cambio de siglo con la caída del sistema corporativo.
Sin embargo, no ha cambiado lo más importante: el privilegio que el pedestal asegura. Han cambiado (más o menos) las personas, pero poco lo han hecho las estructuras. De modo que la élite en México nunca ha estado realmente acotada –nótese su eterna impunidad.
Bueno, esa condición premoderna engendra élites que sienten no deberle nada al pueblo. Por tres razones muy sencillas. Primero, porque no fueron realmente elegidas por él. Más bien, o nacieron privilegiadas o se asociaron con los privilegiados (algunos de ellos desde hace décadas o incluso siglos), de forma que no sólo no se consideran parte del pueblo sino que asumen su privilegio como una fatalidad. Segundo, porque no tienen a quien responderle, nadie que los pueda mover de ahí cuando son cuestionados, y menos un sistema legal que no los precede, sino al contrario: es precedido por ellos, y tercero, porque no fueron educados en el alto arte de gobernar, sino en el bajo vicio de perpetuarse –no se entienden como servidores, sino como merecedores.
Con esa inconsciencia del deber, sobra preguntarse: ¿por qué el cuarto heredero de una familia allegada al poder desde hace 90 años habría de preocuparse por cultivar las virtudes republicanas? ¿Por qué le interesaría cuidar la polis o educar a generaciones que lo pudieran desplazar? Si la élite mexicana es tan durable y conservadora, si los instrumentos para vigilarla son tan infructuosos, ¿por qué le interesaría fomentar una meritocracia donde los privilegios de cuna no tuviesen cabida? En pocas palabras, ¿por qué querría suicidarse?
Las élites de los países modernos son (un poco más) virtuosas porque de lo contrario no podrían ser élites: el pueblo, a través de sus mecanismos representativos, las removería. Ése es el legado del siglo dieciocho, que aquí nunca llegó. Ahora bien, es perfectamente válido preguntarse por qué el pueblo mexicano no ha logrado construir esos mecanismos representativos por sí mismo.
* Pablo Majluf es periodista y maestro en Comunicación por la Universidad de Sydney, Australia. Es coordinador de información digital del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Las opiniones de Pablo Majluf son a título personal y no representan necesariamente el criterio o los valores del CEEY
(@ceeymx).
Lola.- Cantidad de envíos : 1351
Fecha de inscripción : 08/10/2008
Edad : 36
Re: Los vicios de la élite mexicana
Niños sin una vida digna. Con hambre, miedo y frio, sin asistencia social de ninguna clase, peor que los animales....mano de obra barata, carne de cañon para los narcos.
_________________
rip- Cantidad de envíos : 3760
Fecha de inscripción : 01/03/2009
Temas similares
» La élite de la Policía Mexicana "impartiendo justicia" no hacen falta jueces....
» UEI, la unidad de élite que pudo haber detenido a Puigdemont
» VIDEO SIN CENSURA / Así son los tiradores de élite del Estado islámico
» 40 guardias civiles de élite en sacos de dormir en Cataluña
» Campamento militar para jóvenes - Escuela de cadetes de elite
» UEI, la unidad de élite que pudo haber detenido a Puigdemont
» VIDEO SIN CENSURA / Así son los tiradores de élite del Estado islámico
» 40 guardias civiles de élite en sacos de dormir en Cataluña
» Campamento militar para jóvenes - Escuela de cadetes de elite
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
14.03.24 21:26 por rip
» El golpe de Sánchez: Puigdemont y Junqueras podrán encarcelar a Marchena y Llarena
12.11.23 14:20 por Administrador
» Miles de personas abarrotan la plaza de San Jaime en Barcelona y colapsan sus accesos en protesta por el pacto de Sánchez con los independentistas.
12.11.23 14:05 por Administrador
» Otegi exige que los presos etarras sean amnistiados y presume de que han salido ganando con Sánchez
12.11.23 13:46 por Administrador
» El PP desborda las plazas de España contra la amnistía: «¡¡No nos rendiremos!!» Miles de personas han abarrotado las plazas de las 52 capitales de provincia
12.11.23 13:33 por Administrador
» Ayuso: «Sánchez nos lleva a una dictadura, no nos callaremos»
12.11.23 13:15 por Administrador
» Martínez-Almeida: «La diversidad que vende Sánchez es la de los delitos que han cometido sus socios»
12.11.23 13:09 por Administrador
» DIRECTO I Manifestaciones en contra de la amnistía en todas las capitales de provinciade España
12.11.23 12:52 por Administrador
» Mazón avisa que si Sánchez paraliza el puerto de Valencia: «Lo de en pie, levantar va a quedar corto»
03.10.23 21:18 por Skorpio
» EL SOCIO DE SANCHEZ:Puigdemont advierte a Sánchez y ataca a la Corona y publica una foto del Rey Felipe boca abajo
03.10.23 21:08 por Skorpio
» Lluís Apesteguia y el discurso del odio
03.10.23 20:51 por Skorpio
» Charla en Zarzuela antes de la ‘investiblanda
03.10.23 20:41 por Skorpio
» Secretaria de Estado Rodríguez ‘Pam’, la velocidad y el tocino
03.10.23 20:32 por Skorpio
» ((VIDEO)) Ladrón es neutralizado con una dosis de plomoterapia en la cabeza luego de intentar robar a un conductor bien preparado.
24.07.23 19:22 por Skorpio
» Feijóo pide "romper los bloques con acuerdos": "Sánchez no puede condenarnos a repetir elecciones siempre" Desvela contactos con el PSOE, Vox, PNV, UPN y CC. Estos dos últimos ya le han dado su apoyo.
24.07.23 18:57 por Skorpio