Más de 100 desaparecidos en el último año en Chilapa; “aquí narcos y fuerzas de seguridad son uno mi

**Administrador** 21.10.15 16:43

Más de 100 desaparecidos en el último año en Chilapa; “aquí narcos y fuerzas de seguridad son uno mismo”: poblador

Por: Redacción Revolución / 21 octubre, 2015

Más de 100 desaparecidos en el último año en Chilapa; “aquí narcos y fuerzas de seguridad son uno mi Guerrero-Militares-delincuencia.

(21 de octubre, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- Según investigadores internacionales, Chilapa debería formar parte del listado de las ciudades más peligrosas a nivel mundial. Las comunidades que la conforman han padecido la violencia extrema, la cual ha derivado del narcotráfico, y de éste una de las principales y más graves problemáticas: las desapariciones forzadas.

“Los Rojos“ y “Los Ardillos” ambos grupos de narcotraficantes han gobernado Chilapa y Guerrero desde antaño, los rehenes somos el pueblo, como siempre a quien le va mal es al pobre. Es verdad que el gobierno está de su parte, porque no es posible que las Fuerzas Armadas les tengan tanto miedo, en ciertos puntos del estado algunos benefician a los “Rojos” y otros a los “Ardillos”, a los que sí combate son a los grupos de defensa del pueblo, los cuales ya han sido afectados después de descubrirse otros llamados ‘comunitarios’, es gente relacionada con estas bandas, quienes roban, matan y extorsionan, para que luego se desprestigie a quienes si protegemos a nuestra gente”, asegura José Montes, defensor comunitario de Derechos Humanos en Chilapa.

Montes explica que durante el año pasado, la hegemonía de “los Ardillos“ se fue afianzando cada vez más, siendo uno de los principales mecanismos para dar pie a ello, la introducción de grupos de civiles armados, quienes son los que mantienen atemorizados a los habitantes de las más de 160 localidades que conforman Chilapa.

El momento más álgido que vivió Chilapa fue del 9 al 15 de mayo, cuando se suscitaron los más recientes hechos violentos que provocaron la desaparición forzada de 16 jóvenes, durante la toma de la localidad por parte de un grupo de hombres armados que se identificaron como policías comunitarios, los cuales eran poco más de 300.

“En aquella ocasión fueron más de 30 los desaparecidos pero las familias se callaron por miedo; al narco, al gobierno, al presidente municipal, porque cualquiera que este sea siempre le ha dado su apoyo incondicional a cualquiera de los grupos, dependiendo de quién le ofrezca más beneficios. Pero Chilapa no es nada más una treintena de muchachos desaparecidos, las trágicas historias que han padecido nuestro pueblo vienen de tiempos más amargos y de años más atrás, como cuando muy se escuchaba que Calderón había inventado una guerra contra el narco, ‘inventado’ porque en zonas como esta narcos y fuerzas de seguridad son uno mismo”.

La desaparición forzada ha marcado la vida de todos los habitantes en Chilapa, de día o de noche, en cualquier momento, te pueden levantar, lo peor es cuando uno es inocente, porque es cuando peor te va, no tienes ni con qué negociar, aquí la justicia se compra, de lo contrario te vuelves blanco de ataques; al año que Calderón decidió acabar con este país, nuestra comunidad se convirtió en las peores regiones para vivir, y a partir del 2013 todo empeoró”.

Rogaciano Nava Ramírez tenía 24 años al momento de su desaparición, se dedicaba a la agricultura y en sus tiempos libres al jaripeo. Durante un viaje por la carretera hacia Chilapa fue levantado, se desconoce quién o quiénes lo hicieron, solamente no llegó a su destino.

Adelfo Nava, 17 años de edad, originario de El Jagüey, estudiaba la preparatoria, trabajaba como jornalero y se dicaba en su tiempo libre el jaripeo. Desapareció e en la carretera hacia Chilapa.

Nabor Sotero Villanueva, 24 años, agricultor. Fue privado de su libertad, mientras se encontraba en compañía de Antonio Miranda Hernández en la entrada del sur de Chilapa.

Estrehuberto Mendoza Sánchez, de 44 años, se dedicaba a la gestión social, perdió la vista en un accidente, en octubre de 2014 desapareció, cuando se trasladaba hacia la cabecera municipal de Chilapa.

Epifanio Santos, tenía 44 años de edad y era transportista de la ruta El Jagüey-Chilapa, desapareció en noviembre de 2014, sin que se supiera cuál había sido el último punto en el que se encontró.

Enrique Rodríguez, tiene 30 años y es originario de San Ángel, era campesino y albañil desapareció el 21 de noviembre cuando circulaba por la colonia Corral de piedra en Chilapa.

Feliciano Chino, de 28 años y originario de San Ángel, era campesino y trabajaba también en el negocio de las artesanías, nunca se supo cómo desapareció, pero hasta la fecha se sigue desconociendo su paradero.

“Todas las desapariciones forzadas sientan evidencias del resquebrajamiento del poder político y las mafias que han llevado a éste a convertirse en un narco-estado, cuyo poder económico, por el cual se sostienen las grandes cúpulas de poder, es mantenido por el narcotráfico y los grupos delincuenciales que de éste emanan.

Chilapa es una zona clave para los estudios de la violencia mexicana, porque en ella se desarrollan todos los tipos de violencia que representan al Estado mexicano: militarización, ejecuciones extrajudiciales, tortura, desplazamiento forzado y la que más casos ha representado, la desaparición forzada.

Las amenazas, fuerza u otras formas de coacción, rapto, fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, son las principales formas en que los habitantes de aquellas localidades que conforman Chilapa han tenido que sobrevivir, algunos tienen suerte, pero muchos más no. La inminente crisis humanitaria se encontraba en aquella región mucho antes que en Ayotzinapa, si habláramos de una democracia y un gobierno con tantita humanidad, lo de Iguala no hubiera pasado, porque en Guerrero se hubiera desarticulado a las bandas, no a los inocentes y evitado así una serie de masacres que han convertido a esa entidad en definitiva una de las más peligrosas del mundo”, asegura a este medio Marduk Kaim, voluntaria de ONU.

La también internacionalista asegura que “en Chilapa está pasando la muerte y las desapariciones a diario” y aunque existe poco más de un centenar de casos documentados por un grupo de familiares de las víctimas que tienen historias basadas en los testimonios de víctimas indirectas, las autoridades no han tomado en cuenta “la emergencia humanitaria que dicha ciudad necesita, Human Rights Watch (HRW), tuvo que intervenir para que medios internacionales en algún momento mencionaran la tragedia, pero aún así ni gobierno federal y estatal han intervenido, las familias no se atreven a denunciar porque las autoridades locales mantienen fuertes nexos con los grupos delincuenciales, lo cual se mantiene documentado, porque ha sido de los principales padecimientos de la sociedad de aquella zona”.

Nicolás, René y Alberto Jiménez Jaimes, son hermanos, ambos fueron a visitar a su tío Ángel Jiménez Hernández, todos ellos al encontrarse en el mercado de Chilapa, fueron privados de su libertad por un comando, el año pasado, nunca se volvió a saber de ellos.

José Guadalupe Casarrubias Félix y Maximino Riqueño, tenían como oficio la albañilería, estando juntos fueron levantados en octubre 2014, su paradero hasta hoy es desconocido y las autoridades no mantienen una averiguación que dé resultados sobre ello.

Tomás Cruceño tenía 62 años al momento de su desaparición, se dedicaba al cuidado del campo, un día estando en su domicilio, un comando irrumpió en este y lo sacó de forma violenta, se lo llevaron y sus familiares jamás volvieron a saber de él.

Actualmente las familias de los poco más de 100 desaparecidos en Chilapa, se han identificado por sus denuncias de justicia, sin embargo se sabe que existen muchas más familias, que incluso han dado su testimonio ha grupos de activismo, pero se han mantenido en el anonimato ante la luz pública, por el miedo a las consecuencias de las denuncias, por lo tanto la cifra negra calculada asiende a los más de 200 civiles que han sido víctimas de ausencia forzada.

En semanas recientes, Julio Hernández Barros, comisionado ejecutivo de la Comisión de Atención a Víctimas del gobierno de la República, aceptó que Guerrero es una de las entidades con más desapariciones en el país, y ejemplificó que en Iguala se tiene conocimiento de por lo menos 400 desapariciones forzadas, en tanto que en Chilapa 47, pero además se han registrado varios casos en Acapulco, Taxco, Chilpancingo y Tixtla, no sólo la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, suceso al que calificó como “problema nacional”, aunque los familiares no aceptan dicha cifra ya que sus argumentos tienen su base en las víctimas que han contado sus historias.

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